lunes, 21 de abril de 2008

'Guernica' Parte 1

Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA). La escena se desarrolla en una amplia sala de exposición, que aunque a oscuras, está pintada de un blanco fluorescente y sólo. El sonido viaja de una esquina a otra y rebota en paredes bajo la forma de murmullos que, como en un baile ininteligible de palabras, se cruzan, se pisan y se mueven en círculo.

Alrededor de todas esas palabras se mueven, gesticulan y ríen personas, elegantes, libérrimas y flotantes, replicando el espíritu leve de sus palabras, como una extraña sustancia extensa que más que génesis es consecuencia de la vida de sus palabras.

En este paraíso desconectado y alucinatorio, las personas, el sonido y los poquísimos objetos se desligan y separan en una tensión bizarra.

En un costado del escenario hay una barra de ambigú, grupos de personas paradas o moviéndose como bacterias en un caldo de cultivo, tonadas exageradamente porteñas, hiperacústicas risas erguidas en la base de una quieta música 'trance' y una oscuridad invasora, sólo rota, como en un artístico microcosmos, por una singularidad de espacio-tiempo: la luz fija sobre la 'Minujín-Samotracia', una réplica de una Victoria de Samotracia discontinua, separada en una irregularidad de finos segmentos longitudinales. El contraste de oscuridad y luz realza la obra y le da un aire misterioso, como en un paganismo que pidiera adoración.

Desde el patio de butacas se observará una suerte de ejercicio de estilo, una quasi aniquilación de los personajes, sombreados y empequeñecidos ante la luminosidad de la estatua. Observarán una danza de sombras, una pureza casi meditativa de voces y la 'Minujín-Samotracia' como centro de atención.

A medida que transcurra la acción, la luz se impondrá hasta iluminar completamente el escenario.

- Voz de José Luis: La performance será bárbara. Imagínense: una cancha entera de fútbol. Los jugadores, figuras gigantes y zancudas con las máscaras de los personajes del Guernica de Picasso, de Gardel y de las esculturas de Marta Minujín. Los referees bailando tango, los futbolistas esnifando las líneas de banda, que serán de cocaína, cada vez que marquen un gol. Y vacas pastando en el cesped.
- Alfredo (se ríe): Vamos, José Luis, dejate de joder. Esta es otra de tus ideas disparatadas.
- José Luis (sigue de corrido, como si no hubiera escuchado a Alfredo): Y el speaker en vez de goles recitará versos de Borges y el Martín Fierro al 'vesre'.
- Amelia: Vos lo que querés es crear quilombo, como hacés en la cabeza de tus pacientes, ja, ja.

(Se acerca accidentalmente una persona fumando un gran puro. El humo llega a José Luis, que para de hablar y hace muecas exageradas para escupir el humo que ha tragado involuntariamente. Sus amigos esperan, tremendamente serios, a que reanude el discurso).

- Ana: ¿No entendeis aún a mi marido, chicos? Es un provocador, como todos los artistas.
- José Luis: Es que se necesita eso, ché. Los gashegos tuvieron el esperpento de Vashe-Inclán. Nosotros precisamos de otro semejante con que deconstruir la ortodoxia argentina, que ya no funciona... distorsionar lo ya distorsionado, para así enderezarlo de nuevo. Subvertir los símbolos caducos que desde antaño nos inmovilizaron.
Un país de ganaderos, agricultores, tangueros... y luego el futbol, que idiotiza al pueblo. ¡Argentina, despertá! Lo que funcionó en 1810 durante siglo y medio ya no funca hoy.
- Sebastián: ¿Gracias al absurdo surgirá la nueva Argentina?
- José Luis: ¡Y sí! La Argentina que nos quieren vender los políticos es ridícula. Sólo distorsionando lo que ya es absurdo se podrá volver a una pureza primordial. Este país es grande, che. ¡Tengámosle fe!
- Alfredo: Para conseguir eso, ¿ridiculizarías hasta a Gardel y Borges?
(Silencio. José Luis se rasca la barbilla).
- José Luis: Sí, hasta haría absurdo con Gardel y Borges. Ellos harían lo mismo si vivieran hoy.
- Amelia: Che, no me toqués a Gardel y Borges. A Cortazar aún (guiña un ojo a Ana).
- José Luis: ¡Cashá, qué mala que sos! ¡Hasta los iconoclastas convencidos tenemos un santo al que ponerle una vela! (Ríen todos).
(De a poco se van avivando las luces y la Samotracia-Minujín cede el protagonismo al rumor de charlas intelectuales y al tintineo de las copas. Comienzan a distinguirse las fisonomías de personajes y figurantes. Casi todos ellos, incluidos José Luis y sus amigos, llevan calzadas lentes de sol, a pesar de la oscuridad imperante hasta entonces).





Pulsa en los dos botones de abajo si te gusta lo que lees (así el blog tendrá más lectores)


Top Blogs




Literature


Add to Technorati Favorites

No hay comentarios: