miércoles, 2 de junio de 2010

Atmósfera de Miami (Vice)

— ¡Rapido! ¡El profesor Isi espera la carta que he impreso en el iphone!

Los dos hombres saltaron de un brinco ágil y se hundieron en los asientos del descapotable negro. Arrancaron, dejando una marca de neumático quemado sobre el asfalto y el rugido salvaje del motor suspendido en el aire.

— ¡Acelera, vamos! ¡Es vital que la carta llegue al profesor!

— Tranquilízate. Nunca me gustó escatimar el consumo de mi Ferrari.

Buscó entre el desorden de cedés acumulados en la guantera, sacó uno de Guns & Roses, subió al máximo el volumen del lector y aceleró bruscamente.

La americana se mantuvo impecable, con sus rayas y arrugas orgánicamente combinadas con el vuelo ligero del viento.

Los dos hombres, uno blanco, otro negro, fijaban con seguridad el horizonte de la ruta, con una fuerza imperturbable, algo de inefable colgado en la tensión de sus mandíbulas.

Ajenos al paisaje a su alrededor, conducían furiosamente, con una especie de persistencia ciega, primordiales fuerzas físicas en un universo cinético.

El Ferrari, ruidoso y negro, avanzaba convertido en centelleo brillante.
Las aguas de la bahía de Miami, inmóviles bajo las columnas de la vía elevada, adquirían dorados reflejos resplandecientes, fundido su tintineo lívido con el aire abrasado al paso del auto.

Un último acelerón, un brillo final de sol reflejado en las Ray-Bans, la brisa eterna acariciando los cabellos rápidos de los héroes.


¡Whaaaam!!! El Daytona gira sobre sí, dibuja una parábola que hiere mortalmente el tejido del aire y súbitamente se para y queda mudo, flexible, raseado como una pantera en reposo.


El hombre blanco (su ligera chaqueta ondeante y agitada como la primera mar de la tarde) desciende del auto y deposita la carta en el buzón de la acera.

— Dí, Sonny, ¿por qué nos hemos apresurado tanto para entregar este paquete?
— No te hagas ese tipo de preguntas, Ricco. Son demasiado complicadas. La vida de un poli es así. Recibes las órdenes, las ejecutas. Solo te puedo decir que el asunto del salario de los profesores en Florida es de importancia mayúscula.


El deportivo arrancó dejando un gusto a vértigo en el aire.







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